Nombre y características botánicas: El Romero (Rosmarinus officinallis L.), es un arbustillo aromático de entre uno y dos metros de altura, de tallos erguidos. Hojas persistentes y opuestas, lineares y correosas con márgenes revueltos. Flores de corola labiada, azules, rosadas o blancas. Florece durante gran parte del año. Fruto seco con cuatro núculas negras. Planta mediterránea propia de zonas bajas y secas, tanto sobre suelos calizos como silíceos, donde forma grupos, generalmente en terrenos donde hubo anteriormente encinares. En Castilla y León abunda más en las comarcas secas meridionales, aunque nos podemos encontrar ejemplares en toda la región.
Hábitat y Ecología: Se desarrolla en todo tipo de suelos, aunque prefiere los calcáreos, sitios secos y soleados, principalmente laderas pedregosas y erosionadas. Muy abundante en tierras bajas de clima cálido. Incluye unos 200 géneros con varios miles de especies, en su mayor parte aromáticas, medicinales y condimentarias. Es muy resistente a la sequía y muy longeva ya que puede alcanzar muchas veces los 80 y aún los 100 años de vida.
Usos y Etnografía: El Romero es una planta que se cultiva por su valor aromático, belleza y utilización como condimentaria en la cocina. Tradicionalmente se plantaba en los cercados que rodeaban a los colmenares, para poder proveer de alimento a las abejas. La miel de romero es muy apreciada por su aroma y por sus beneficios nutritivos. La leña servía para caldear los hornos de las panaderías donde se iba a cocer el pan de mayor calidad.
En algunas zonas de la región las ramas de romero se usan de modo generalizado en las celebraciones del Domingo de Ramos sustituyendo a las de Olivo. También se utiliza a modo de incienso y en sahumerios, quemando las ramillas, en funerales, en Nochebuena y para purificar las habitaciones donde ha habido enfermos. Los antiguos hebreos y fenicios también utilizaban el romero en ceremonias religiosas y de purificación. Es una de las plantas más apreciadas por el folklore español y castellano leonés y su nombre y su larga floración están presentes en multitud de composiciones de canciones populares.
Posee propiedades antirreumáticas, digestivas, diuréticas, tónicas, antiespasmódicas, así como antisépticas, cicatrizantes, estimulantes del cuero cabelludo y contra la alopecia y afecciones de la piel. Contiene ácidos rosmarínico y cafeico, así como pineno, canfeno, borneol, cíñelo, alcanfor etc. Actualmente se emplea con frecuencia como planta ornamental en jardines públicos y privados, en medianas de autovías y en repoblaciones de laderas secas, al ser muy resistente y proteger el suelo.
Se puede multiplicar el romero por medio de esquejes o mediante siembra de semillas en una maceta en otoño y primavera. Una vez conseguida la planta debemos cortar el extremo para que se ramifique. Es un arbusto melífero, y un aspecto a tener en cuenta es que cuando las puntas están secas y senescentes, producen mucho menos néctar que cuando las plantas tienen ramas jóvenes y verdes. Además sirve de protección de la caza menor (conejos, perdices y liebres), lo que hacen muy interesantes estos territorios de romeros, ya que pueden convertirse en cazaderos de especies amenazadas como las Águilas imperiales y reales, el Lobo o el Gato Montés. El control de los matorrales de Romero puede servir de base como áreas cortafuegos ya que el matorral viejo y seco se inflama con facilidad.