La Junta de Castilla y León utiliza por primera vez en Tierra de Campos una astilladora con el fin de buscar un uso para la biomasa que se genera en las limpiezas realizadas para prevenir incendios. La conservación de nuestros bosques y la optimización y aprovechamiento de sus recursos hacia un uso sostenible tienen que convertirse en un objetivo serio que respalden, con firmeza y decisión, las distintas administraciones que en este asunto tienen alguna responsabilidad.
Un fin que persigue la Junta de Castilla y León en iniciativas como la que durante estos días ha llevado a cabo en las cercanías de Rioseco con la limpieza de 20 hectáreas de monte, y posterior transformación en astillas de los residuos extraídos, en la zona conocida como La Gloria, a escasos metros de la carretera de Palencia.
Durantes varias semanas, una cuadrilla de retén de incendios ha llevado a cabo la importante labor de limpieza con la entresaca (cortar los árboles más débiles y enfermos) y la poda de las ramas más bajas de los pinos carrascos de las laderas del monte. Una acción con la que los cerca de más de un millar de pinos que había por hectáreas se han reducido a algo más de la mitad “con el objetivo de evitar el fuego y que, en el caso de que lo hubiese, sea más fácil extinguirlo, ya que se retiene más y da más tiempo a controlarlo”, según expresó el agente medioambiental de la Junta y jefe de comarca de Tierra de Campos, Doroteo Tomás.
Los residuos de las laderas, una vez extraídos con un autocargador, son apilados a la falda de la ladera, donde una astilladora, utilizada por primera vez en Tierra de Campos, los va convirtiendo en biomasa (150 toneladas de astillas al día), que se van depositando en grandes contenedores, trasladados, más tarde, hasta el vivero forestal central de la Junta de Castilla y León. Un centro en el que se investiga con el fin de encontrar la mezcla ideal de madera que deje el menor residuo posible, el mejor poder calorífico y la mayor rentabilidad.
Al final, “el objetivo último es conseguir un uso sostenible de los montes y una alternativa al uso de la madera como nuevo combustible”, destacó Doroteo Tomás, quien explicó, además, que la limpieza del monte es necesaria, no sólo para prevenir los incendios, sino para evitar plagas y enfermedades y para mejor la formación de las masas forestales, «siempre teniendo en cuenta que lo que se quite no altere el ecosistema existente», añadió el agente medioambiental riosecano.
Esta importante iniciativa tendrá como acción complementaria la replantación de entre 300 y 500 nuevos árboles (robles y encinas) por cada hectárea en la que se interviene. En definitiva, acciones que impedirán que desaparezca un recurso no renovable tan esencial como es el monte.