“Tuvimos un recibimiento y una acogida tal que parecíamos la selección española de fútbol”. Lo cuenta Luis Fernando Zúñiga horas después de aterrizar en España tras vivir una experiencia “única, inolvidable e irrepetible” en Túnez donde su equipo, el Marzu-Rioseco, ha representado a España en un campeonato de minifútbol. “Nos trataban como si fuéramos futbolistas profesionales, se hacían fotos con nosotros y nos pedían autógrafos”, sigue relatando el capitán del equipo.
El Marzu-Rioseco formó equipo con Luis Fernando, Darío Nieto, Jorge Guerra, Jonathan Cantera, Iván Serrano Candi, Víctor Molina y los hermanos Mario y Ángel Molina, a los que se sumaron Santos Argüello, Chema González, Diego Rodríguez, César Maroto y Gato que militan en otros equipos de la Liga ProAm, organizador del evento.
El pasado jueves se enfrentaron al equipo local O.S. Ouardaine, ganador de la Liga. Los riosecanos, a pesar de no estar acostumbrados al Fútbol-6, acabaron imponiéndose en el amistoso por cinco goles a siete, en un partido con gran ambiente que concitó más de 2.000 espectadores. “El recibimiento fue increíble, con un espectáculo ecuestre y diferentes bailes. Luego en el partido nos costó adaptarnos al campo tan pequeño pero al final hicimos buen encuentro”, relata Zúñiga.
El viernes, entrenamiento y clinic con una veintena de niños en el Menzeh Stadioum, a los que entregaron regalos cortesía de la Fundación Eusebio Sacristán. Y el capitán incluso tuvo que intervenir en una multitudinaria rueda de prensa, preludio del partido que el sábado les enfrentaría a la selección de Túnez de minifútbol. Los riosecanos lograron un meritorio empate a tres en un partido muy disputado, donde se dejó notar el nivel. En las gradas, mucha gente VIP tunecina, e incluso un miembro del Comité Olímpico Internacional.
“Comenzamos perdiendo dos a cero, remontamos y luego nos pitaron un penalti en contra. Tuvimos algunas ocasiones claras para haber ganado”, resume Luis Fernando, quien no tiene más que palabras de agradecimiento para quien ha hecho posible este “sueño”. Entre partido y partido hubo tiempo para hacer turismo, “visitar algunos zocos y el museo de Cartago, donde fue el atentado”, recuerda Zúñiga, quien explica que han sido tratados a cuerpo de rey, con los mejores hoteles y restaurantes. Junto a la expedición viajó el presidente del equipo, Fernando Zúñiga, y el riosecano-argelino Salmi Mohamed Mamina, que ejerció de traductor. Mientras, a muchos kilómetros, de donde se jugaba el partido, en el bar el Corro de Rioseco, familiares, amigos y aficionados vivían con pasión el partido televisado en un canal tunecino.