Fue un guateque en toda regla. Con su grupo en directo, su ambigú, cerca de 400 personas con ganas de buena música y baile y en un lugar tan especial como el claustro de San Francisco. Además la causa benéfica lo merecía. La música de Los Halcones llegó en forma de ayuda hasta las remotas tierras de Janjaillo, en Perú, y de Assam en la India, donde Manos Unidas tiene dos proyectos solidarios.
La idea partió hace algunos meses de Manos Unidas Rioseco. Retaron al grupo riosecano de Los Halcones a volverse a subir a un escenario por una buena causa. Anselmo, Andrés, José Manuel y Pablo aceptaron y dieron el do de pecho. Casi tres horas de la mejor música de los 60 y 70, acompañados en esta ocasión –de forma especial y durante algunas partes del concierto- por la prodigiosa voz de Leticia González.
Los Halcones pusieron la nota de añoranza a los 370 asistentes, la mayoría de mediana edad, que recordaron aquellos divertidos guateques, donde la gran mayoría se divirtieron en su juventud y también se enamoraron. Las canciones de entonces recobraron vida en la voz y la música de este mítico grupo riosecano.
Para completar la fiesta, la empresa riosecana Distrioval organizó un ambigú (para los más jóvenes, una especie de bar) donde los asistentes –por el precio simbólico de 1 euro– pudieron tomar una cerveza o un refresco. Distrioval donó toda su recaudación al mismo fin. Mariceles Santa María, responsable de Manos Unidas, se encontraba muy «contenta» por cómo sucedió la velada. Finalmente, con lo recaudado del donativo de la entrada (4,5 euros) y las consumiciones se logró una cifra de 2.500 euros.
2.500 euros para los campesinos peruanos y evitar el tráfico de mujeres en la India
Desde Manos Unidas se agradecía el trabajo de todos los colaboradores: Los Halcones, Leticia González, Afónikos Perdidos que pusieron la técnica, Distrioval y el Ayuntamiento de Medina de Rioseco. Tal y como confirmó el párroco riosecano, Juan Carlos Fraile, los 2.500 euros irán destinados a los dos proyectos encomendados a Manos Unidas para este 2017. Uno en Perú, en el distrito de Janjaillo (provincia ecuatoriana de Jauja) para la mejora de la seguridad alimentaria y nutricional de las familias campensinas (con un presupuesto de 57.000 euros) y otro en la India, en Assam, para un programa de concienciación y prevención contra el tráfico de mujeres valorado en 85.000 euros. Una buena iniciativa. Y es que si la música fue buena, la causa lo fue más.