Cuentan que la noche de San Juan es la más mágica del año. Si a ello le unes que en Rioseco son las fiestas patronales, su gusto por el fuego y que era la primera de las seis noches festivas el resultado está asegurado. Al filo de la media noche, la Plaza Mayor apagaba sus luces artificiales para iluminarse con el fuego y sentir el adictivo olor a pólvora.
Comenzaba así Calvafoc, de la compañía castellonense Scura Splats. Extraños e inquietantes personajes que llenaban de fuego las calles riosecanos. Alienígenas que despiden llamaradas, carretillas, tracas, bengalas de colores y un castillo de fuegos, componen un espectáculo de cincuenta minutos de duración, donde la música también está muy presente.
Y qué mejor de acabar el recorrido que encendiendo la hoguera de San Juan. Rioseco es san Juan. Rioseco es fuego. Rioseco es fiesta.