Frío, mucho frío; y nubes, aunque sin lluvia en la procesión del Encuentro que volvió a ser multitudinaria, para cerrar una gran Semana Santa en la que todas las procesiones han podido celebrarse sin la temida lluvia. Tan solo el traslado de pasos el Sábado de Pasión fue pasado por agua. El resto de los actos, seis procesiones y el pregón de la Semana Santa se celebraron sin problemas.
El Domingo de Resurrección volvió a ser un día de alegría y encuentro en medina de Rioseco. La pequeña talla del Resucitado salía de la iglesia de Santa María camino del atrio de Santa Cruz, para protagonizar un encuentro con su madre, la Virgen de la Alegría, escoltada por los cofrades de esta hermandad y por las varas y banderines de las 17 cofradías de la Pasión riosecana.
Se abrían las puertas de la iglesia de Santa Cruz, sede del Museo de Semana Santa, y la Virgen, totalmente enlutada, salía al atrio, abarrotado de gente. Tras el encuentro, como es habitual bajo los acordes del himno nacional, se despojaba los lutos a la Virgen y este año se soltaban diecisiete palomas, una por cada cofradía de la Semana Santa.
Luego, Resucitado y Virgen de la Alegría recorrían las calles de Rioseco, acompañados por cofrades, representantes de las cofradías, autoridades, Junta Local de Semana Santa y las bandas de la Clemencia y la Municipal, hasta llegar a la iglesia de Santa María, donde finalizó la procesión con la eucaristía del Domingo de Resurrección.
El otro Encuentro en memoria de Vicente Rodríguez
La Semana Santa de Medina de Rioseco tiene momentos especiales, a veces improvisados pero con una carga emocional inmensa. La procesión del Encuentro avanzaba desde la Plaza Mayor camino de la Iglesia de Santa María, cuando al llegar a la altura de la cafetería El Sequillo, ambos pasos giraron y se pusieron frente a la vivienda situada encima de este bar. El motivo era recordar a Vicente Rodríguez, cofrade de esta hermandad durante muchos años, y que se fue hace unos días. El momento fue emocionante, cuando desde la ventana su viuda vio el detalle. Un instante donde las lágrimas no pudieron contenerse. Los dos pasos de los que tantos años fue cofrade le rendían un último homenaje. Es la Semana Santa de Medina de Rioseco.