La lluvia no podía aparecer en el Domingo de Resurrección y empañar una Semana Santa espectacular, meteorológicamente hablando. Y aunque por la mañana sí llovía, durante la procesión del Encuentro salió el sol, para poner el broche a una Pasión calurosa y soleada como pocas se recuerdan.
Al filo del mediodía el paso de Jesús Resucitado salía de Santa María dirección al templo de Santa Cruz. De la sede del Museo de Semana santa aparecía una enlutada Virgen de la Alegría. Allí protagonizaba uno de los momentos más emotivos y alegres de la Semana santa: el Encuentro. Con los sones del Himno Nacional se retiraba el luto a la Virgen y se soltaban tres palomas al cielo –hoy nuboso- riosecano.
Más tarde Virgen y Cristo desfilaban por las calles de Rioseco, acompañados de su cofradía titular, de las varas y banderines del resto de hermandades riosecanas, autoridades y Junta de Semana Santa, además de la banda del Cristo de la Clemencia y de la Banda Municipal, sin faltar las populares mantillas blancas.
La procesión finalizó en la iglesia de Santa María donde se celebró una eucaristía solemne en la que se celebró la Resurrección de Cristo. Más tarde, la popular cofradía –a ritmo de charanga- disfrutó de un animado vermú. La Semana Santa tocaba a su fin, y aunque aún queda un largo año, en el rostro de riosecanos y cofrades se intuía la satisfacción de haber vivido una de las mejores Semanas Santas que se recuerdan.