El desierto de adobes es el título del segundo poemario del riosecano Leoncio Espeso, que acaba de ver la luz por medio de una edición facsímil del manuscrito original escrito por el autor a mano e ilustrado con fotografías y dibujos.
Cerca de medio centenar de poemas le sirven a Espeso para realizar un viaje en el tiempo a su infancia, “a la irrecuperable magia de la niñez”, según expresó Ernesto Sábato. Un regreso a sus vivencias de los 4 a los 12 años, a los espacios y gentes de su querida Quintanilla de Arriba, a la calle Somorostro, “donde me crié; es llegar allí y empezar a sentir y recordar, entonces surgen los poemas”.
El poemario aparece ilustrado con dibujos y fotografías de palomares, gallineros, viviendas o tapias, realizados por el propio Leoncio en algunos de sus muchos viajes por los pueblos de Castilla y León en los que hablo con las gentes para recordar las viejas costumbres y tradiciones”. Y es que El desierto de adobes también le sirve a su autor “para recuperar la cultura de nuestros antepasados como los juegos de los niños, los oficios o las tertulias en la solana”.
En palabras de Leoncio Espeso “es un libro muy personal” al contrario de su primer poemario, Tiempos de vivir, de un tono más general centrado en Rioseco. En El laberinto de los adobes “todo lo quieto se mueve/ ante la fuerza de la imaginación” y te empuja hacia la desconfianza”. El libro ya está a la venta de la Imprenta Fica, en la plaza Mayor de Medina de Rioseco.