Clarinetes, trompetas, saxofones, oboes, violines, pianos, clases, talleres, aprendizaje y disciplina, todo ello mezclado con grandes dosis de risas, diversión, compañerismo y sobre todo música, mucha música. Esto es lo que se percibe estos días en el CRA Campos Góticos, instalaciones que acogen desde este lunes a los cien alumnos y una decena de profesores que forman parte de la tercera edición del curso nacional de música en Medina de Rioseco.
Cien alumnos, que provienen tanto de la Escuela de Música Tierra de Campos de Medina de Rioseco como de otras distribuidas por la geografía española, viven la semana de práctica instrumental más intensa del verano de la mano de profesores de los mejores conservatorios en el ámbito nacional. “Lo mejor de esto es que los profesores no son los que tienen habitualmente en sus respectivas escuelas y además viven en un ambiente de estudio totalmente diferente al del curso ordinario”, explica José Luis Rodríguez, director de la Escuela de Música de Rioseco y alma mater del curso.
El aprendizaje obtenido por los participantes es grande. Se trabaja intensivamente durante toda una semana y de forma muy personalizada, “la relación con los alumnos es muy cercana, cada profesor trabajamos con una media de ocho alumnos, así nos aseguramos de poder garantizar el máximo aprovechamiento de las clases”, explica Isabel Vélez, profesora de clarinete. Esto permite, a su vez, detectar problemas individuales que en clases con más alumnos pasarían totalmente desapercibidos, así como trabajar específicamente estas anomalías para poder solventarlas.
Prueba de ello es el caso de Carmen Carrero, una joven de Ciudad Real que arrastraba durante unos años un problema que le han solucionado en este curso casi nada más llegar. “Antes de venir aquí tenía un problema con el picado a la hora de tocar que en mi escuela, durante dos años, no me habían sabido corregir y gracias a este curso ya he aprendido a hacerlo bien”, cuenta la joven. Sin duda una experiencia muy motivadora para los alumnos que duden si venir o no en los años próximos a este curso intensivo de música en Rioseco.
Dedican mañana y tarde a la música, pero “lejos de la monotonía las actividades que realizan son muy variadas”, asegura José Luis Rodríguez. Desde técnicas y talleres para mejorar la puesta en escena hasta audiciones y conciertos que les permiten poner en práctica todos los conocimientos obtenidos. Además también les queda tiempo para divertirse y conocer gente. Intercalan la música con el desarrollo en grupo de diferentes actividades culturales como visitas a museos y deportivas, paseos en piraguas y chapuzones en las piscinas. “El hecho de poder conocer gente de toda España que comparte tu misma afición por la música es algo muy importante”, asegura Carmen Carrero.
Con todo esto, no es de extrañar que el curso acoja cada vez a más jóvenes promesas del mundo musical en España.“Tenemos unos veinte alumnos más que el año pasado. El curso se va consolidando y cada vez llegamos a más sitios” asegura José Luis. Este aumento en el número de alumnos ha supuesto también un aumento de la plantilla de profesores para poder así cubrir en mejor medida las necesidades de cada uno de los participantes. “Este año hemos precisado de un profesor más de clarinete y de violonchelo, hemos añadido el profesor de trompa, de viola y violín”, apunta el profesor de guitarra.
Pero si hay algo que hace especialmente importante a este curso es que se realiza en permanente contacto con los habitantes de la ciudad. Los conciertos y determinadas actividades se realizan en la calle o en espacios abiertos al público. Esto da la oportunidad a profesores y alumnos de estar en contacto directo con riosecanos y foráneos y de acercarles el conocimiento de esta disciplina. Aunque para Isabel Vélez si hay algo que diferencia a este curso es “el encanto del pueblo y la hospitalidad de sus gentes”.
Experiencias, amistades, educación musical, muchos conocimientos y diversión en estado puro. Este curso ofrece una auténtica oportunidad a los amantes de la música para poder disfrutar de la práctica y el aprendizaje de diferentes instrumentos con especialistas de reconocido prestigio nacional y a su vez vivir una experiencia única con gente de toda España.
Muchas novedades que mejoran la tercera edición
Siempre hay cosas que se pueden cambiar y mejorar, para ello la organización del curso se reúne al finalizar el curso para hacer balance. “Intentamos ver qué se puede mejorar en las ediciones siguientes”, asegura el director. Uno de los cambios más sustanciales que se han hecho es el aunar a todos los alumnos en el mismo centro para las clases. “El año pasado estaban los alumnos divididos en tres lugares, este año se ha decidido unirles a todos para facilitar la organización y la coordinación así como la convivencia de los alumnos”, afirma el director. A su vez Hugo González, uno de los docentes, añade que esto permite que «los alumnos puedan nutrirse de las experiencias y conocimientos de los demás”. Esta nueva ubicación de la totalidad de las clases, en el CRA Campos Góticos, está cerca del albergue Canal de Castilla en el que se alojan y de las instalaciones deportivas en las que pasan su tiempo libre, “algo muy beneficioso tanto para los profesores como para los alumnos”, concluye Rodríguez Ortuño.