Si hay algo que identifica a nuestra ciudad es sin duda su vocación comercial, que desde finales de la Edad Media, con las famosas ferias, llevó el nombre de Medina de Rioseco por toda Europa. Desaparecidas éstas, el comercio riosecano inició una nueva etapa buscando su clientela, salvo algunas excepciones, entre la población de la comarca.
El siglo XX trajo el desarrollo de la publicidad que buscaba el estímulo de la venta de los productos anunciados. Los establecimientos riosecanos se sumaron a este boom. Bien a través de los clásicos anuncios, como el de la primera fotografía, donde se publicita un conocido negocio de calzados situado en La Rúa. Bien a través de de la edición de postales turísticas, como fue el caso de la colección editada por el comerciante y alcalde Bruno Merino, donde la imagen de la familia y establecimiento –situado frente a la actual Calle Cardenal Amigo y protagonista de la segunda fotografía- formaba parte de esta curiosa colección.
La publicidad fue el principal artífice del impulso que experimientó el turismo de Rioseco a partir de los 60, que usó como lema propagandístico el sobrenombre con el García Chico bautizó a Rioseco: el de “Ciudad de los Almirantes”, en los más diversos productos promocionales. La última fotografía es una muestra.