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La maniobra es complicada. Bajar la talla del crucificado por esas escaleras no es tarea fácil. Pero los cofrades del Cristo de las Puertas, como cada segundo domingo de octubre, hacen que el venerado Cristo salga a la luz y recorra las calles a ritmo de dulzaina y tamboril. La popular procesión va tomando forma y los hermanos y hermanas alumbran con devoción con unos sencillos faroles de hojalata.
La comitiva, con algunos concejales, va camino de Santa María donde se celebrará –como es habitual- la misa. Delante, Jesús Pastor porta la Vara Mayor. Es el Mayordomo. Se apuntó hace aproximadamente 30 años y es todo “un orgullo” ocupar este cargo, que espera que algún día su hijo, recién apuntado a la cofradía, también pueda experimentar.
En la calle de los Huesos se produce en un emotivo encuentro. Victorina Rivas, con cien años, sale a la ventana de su casa. Con la misma devoción de siempre. Se persigna y musita una oración. Antaño siempre salía a su puerta y se arrodillaba para mostrar veneración al Cristo del que es Devota desde hace varias décadas. La cofradía sabe reconocer con cariño el fervor de Victorina y gira el paso hacia su ventana. Durante unos instantes detienen la procesión. Un tiempo suficiente para que la centenaria rece a su Cristo.
Tras la misa en el templo de Santa María, la procesión se reanuda. Ahora será la calle Mayor y la de San Juan las elegidas para el regreso. El grupo de Danzas Ciudad de Rioseco obsequia al Cristo con sus bailes. Es un día de fiesta en el barrio y eso se nota cuando El Cristo de las Puertas llega hasta el Arco de San Sebastián donde, en la capilla superior, reposa todo el año.
Más bailes y reparto de limonada. Es el Cristo de las Puertas y los vecinos del caño salen a recibirle. Minutos después el Mayordomo ofrecerá a sus cofrades un buen refrigerio. Pero la fiesta comenzó en la víspera con música, limonada, pastas y chorizo frito para todos. La del segundo domingo de octubre es una fecha especial para Rioseco. Una fiesta entrañable para este barrio.
Arreglo de la techumbre de la ermita del Cristo de las Puertas
Este año, la hermandad del Cristo de las Puertas ha tenido que hacer frente a la rehabilitación de parte del tejado de la ermita. Su mal estado hacía necesario una intervención urgente en la zona del alero. Desde la directiva de la cofradía se solicita ayuda a cofrades, vecinos y riosecanos, que pueden hacer su donativo en la urna ubicada en la propia capilla o con un ingreso en la cuenta ES43 3058 5079 5728 10003942 de la entidad financiera de Cajamar.
