El antiguo paso del Santo Sepulcro, en Santa María

Está de moda entre los cofrades riosecanos investigar la historia de sus hermandades, celebrar centenarios y recuperar enseres y objetos litúrgicos perdidos y que algún día también fueron parte de nuestra Semana Santa. De esto último va precisamente este artículo.

Hasta Santa María se habían trasladado a mediados del siglo XIX, las imágenes procesionales (salvo los pasos de La Lanzada y El Descendimiento) que tenía la cofradía de la Quinta Angustia en su capilla, por el mal estado del edificio. Según Esteban García Chico, la capilla de Pedro de Palacios (frontera a la de los Benavente) también fue conocida durante un tiempo como la Capilla del Cristo, porque allí se ubicaron las imágenes que componían el conjunto procesional del Santo Sepulcro.

Sabemos por los estudios publicados sobre nuestra Semana Santa, que el paso riosecano del Sepulcro tenía un diseño muy similar al de Valladolid. Lo componían un Cristo yacente en una urna, acompañado por cuatro sayones (que eran imágenes de vestir), un San Juan, una Magdalena, una Virgen y dos ángeles, siendo uno de ellos el que retocó Tomás de Sierra en 1707.

Es muy posible que este ángel y la escultura de la Virgen aún se conservaran a mediados del siglo XX y fueran los que aparecen en la fotografía de 1901 y en la conocida película de 1929 (que recoge imágenes del Viernes Santo riosecano). También los que podemos contemplar en la fotografía que acompaña a este reportaje, que fue hecha en 1910, y en la que pueden verse las esculturas de la Virgen y el ángel, delante del altar mayor de la capilla de los Palacios, custodiando con toda seguridad la imagen del Yacente.

De aquel gran conjunto inicial tan sólo se conserva hoy la imagen del Cristo muerto. La de la Virgen y el ángel en el que trabajara el genial Sierra, nada se sabe y menos aún del grupo de sayones y personajes santos. Los faroles antiguos también desaparecieron y la urna fue vista por última vez a finales de los 80, en un lamentable estado, arrumbada en una de las capillas laterales de San Francisco, hecha añicos y cubierta de polvo, telas de araña y palomina. Sería interesante la recuperación de estas dos imágenes que vemos en la foto, pero también del resto del patrimonio perdido de ésta y todas las hermandades riosecanas.