Algunas personas iluminan esta vida con su sonrisa, con la alegría de sus palabras, con su mirada positiva hacia todas las cosas, con su naturalidad y sencillez, con su voluntad de ayudar, con su bondad. Carmen García Lobato era parte de ese selecto y singular grupo de hombres y mujeres que cada día ponen su granito de arena para que exista una mejor convivencia entre unos y otros. Después de 90 años, su sonrisa, la luz de sus ojos, sus palabras de alegría se apagaron esta mañana.
Hace más de 20 años, Carmen fue una de las mujeres que, junto algún que otro hombre, iniciaron el grupo municipal de gimnasia de mantenimiento de personas mayores, primero en una sala del teatro y luego en el pabellón del polideportivo. Tuve la suerte de disfrutar de su constante disposición a participar, de sus ganar de hacer cosas, de su alegría desbordada. Para todo el mundo, siempre tenía palabras cariñosas, y en los momentos de tensión, sabía tener una divertida ocurrencia para disipar la peor de las tormentas.
Carmen, trabajadora tenaz e incansable, tuvo que superar que su marido, Ignacio Chamorro, partiese muy pronto. Sin embargo, la vida le depararía una amargura aun mayor al tener que vivir la muerte de su hijo Vicente. Una tristeza que poco a poco fue apagando la alegría de su sonrisa y el brillo de sus ojos. Año tras año, Carmen asistía al campeonato que, en honor a su hijo, organizaba el Club de Tanga, al principio a jugar, siempre a recoger una emotiva flor.
Carmen era hermana del Cristo de la Paz y Cristo de los Afligidos, ¡cuántos procesiones del Viernes Santo!, también era devota de la Virgen del Carmen. Ahora ya está con su marido y con su hijo Vicente. Sus otros hijos, María del Carmen y Javier, sus nietos y biznietos, que han tenido la suerte de disfrutar de la compañía de su madre y abuela hasta sus 90 años, saben que, a poco que se vayan acercando a la calle de Los Cueros, a la casa familiar, sentirán el afecto de su madre, las palabras de cariño, la sonrisa imborrable, la disposición incansable.
A sus hijos, nietos, familiares, amigos y conocidos, hermanos del Cristo de la Paz y Cristo de los Afligidos y de la Virgen del Carmen, nuestras más sinceras condolencias. Carmen, querida amiga, alumna durante unos felices años, descansa en paz. El funeral tendrá lugar mañana, martes, en la iglesia de Santa María, a las 18.00 horas. Capilla velatoria en el tanatorio El Salvador.
Carmen, te fuiste una tarde calurosa de verano, recordando el calor que desprendía tu farol y calentaba tus sabias manos, como aquellas tantas noches de Viernes Santo que acompañaste a tu Señor, a tu Cristo de los Afligidos.
Hoy dejas en nuestros corazones un frío incesante, seco y lleno de tristeza. Pero nuestro alivio será recordarte con la templanza de un corazón lleno de fuerza, de coraje y de una superación digna de alabar. Porque hoy estarás, mañana estarás y siempre estarás desayunando a nuestro lado, junto a tus hermanos que te recordarán por ser la «jefa» de una familia que seguirá tu ilusión de saber que el calor de un farol es eterno.
Buen viaje Carmen, fuiste única y seguirás siéndolo. Estamos aliviados de saber que allí, nuestro Cristo, te acoge en sus brazos.
Te queremos. Jairo Lavín. Hermandad del Cristo de la Paz y Cristo de los Afligidos