En la actualidad muchas mamás y también muchos papás se siguen preguntando cuáles son esas características que hacen excelentes en su rol a otras familias y que ellos no pueden conseguir. Aún no se han dado cuenta de que ningún niño es igual y que para educar a un hijo no hay fijados estándares ni hay una fórmula a seguir. Algo que está muy de moda hoy en día es seguir clichés, comparar diversos tipos de educación e intentar imitar la que el vecino o el primo ofrece a sus niños, creer que la mejor escuela para ser mamá es la de abuela y seguir a rajatabla las teorías que se vierten en la red. Esta práctica puede generar bastantes controversias y problemas en la relación de los padres con los hijos.
Esto ya no será un problema para las familias de la provincia de Valladolid. Las riosecanas María Revilla Delgado y Gemma Sanz Nieto llegan al rescate de todos esos padres en apuros que no saben cómo actuar ante las continuas rabietas de sus hijos, los celos de los más mayores y los problemas con la comida o el sueño, entre otras muchas dificultades habituales con los pequeños de la casa. Estas dos jóvenes unieron sus conocimientos y experiencias en el trato con niños para sacar adelante el pasado mes de marzo este servicio. Y es que las dos cuentan con una gran trayectoria a sus espaldas. María es educadora y regentó la anterior guardería y posterior ludoteca en la ciudad de los Almirantes. Por su parte Gemma es maestra y psicopedagoga y a su gran trayectoria en escuelas infantiles, colegios, campamentos y academias se une su experiencia como madre. “No teníamos trabajo y se nos ocurrió que uniendo nuestras nociones podía salir un proyecto diferente que los padres necesitan”, afirma Gemma Sanz.
Estas supermamys ofrecen una serie de pautas a los padres sobre cómo hacer frente a los problemas con sus hijos y enseñarles cómo deben actuar ante las rabietas, celos, enfados y caprichos. “Con los padres hay que trabajar mucho con diferentes técnicas de relajación, ya que muchas veces los problemas vienen de ahí porque si estas nerviosos se lo transmites a los niños”, cuenta María. Y sobre todo es muy importante llenarlas de confianza y resaltar las cosas que hacen bien, “siempre buscamos el lado positivo”, añade Gemma.
En el proceso de aprendizaje de los niños influye mucho la conducta del ambiente que les rodea y, en muchas ocasiones, se antoja más necesario y puede llegar a ser más productivo y beneficioso cambiar la conducta de los familiares que la propia del niño. Es por esto que su modelo de actuación se basa en: “Realizamos un primer contacto con los padres, si nos dan permiso entramos en las casas como observadoras para conocer el ambiente, la familia, los hermanos, los hábitos, las rutinas, en las que podemos llegar a participar y luego lo que les ofrecemos es una serie de pautas que les sirvan de ayuda para erradicar el problema”, cuenta Revilla Delgado.
No obstante, también cuentan con un servicio online de consulta rápida y gratuita en el que a través de su blog, las madres en apuros les envían preguntas a las que responden con variados consejos y prácticas constatadas. «Nuestra intención es tranquilizar a los padres y hacerles ver que son cosas naturales que pasan y que se pasan y darles consejos que se puedan llevar a la práctica y no que simplemente vengan muy bien redactados en un libro”. Pero cuando el problema es mayor, o si la conducta inadecuada persiste, se requiere de una valoración presencial desde el entorno del niño. Además, tal y como explican estas dos supermamys, “no es lo mismo que el padre te cuente el problema a que tú mismo lo veas. Muchas veces los padres van sobrecargados por el trabajo y ven las cosas de una manera muy negativa y distorsionada”.
Si hay algo que aporta un plus a su trabajo es que María y Gemma son muy diferentes y tienen puntos de vista muy opuestos, algo muy beneficioso puesto que como señalábamos al principio no todos los niños son iguales y no hay una única teoría exacta cuando se trata de la educación de personas. Además, otros servicios de ayuda a las familias únicamente trabajan el dialogo y las charlas con los padres, “nosotras ampliamos el problema a todo el hogar», concluye Gemma Sanz.