Cuando las jóvenes clarisas keniatas sor Rosa María de la Cruz Mbaika, de 24 años, y sor Teresa del Sagrado Corazón Mumbua, de 25 años, tomaron ayer por la mañana los votos temporales en el convento de Santa Clara de Medina de Rioseco, sin duda fue uno de los mejores regalos que pueda recibir no sólo la comunidad religiosa riosecana, con más de cinco siglos de historia, sino la propia Orden de las Clarisas, que este año celebra el octavo centenario de su fundación para recordar el lejano Domingo de Ramos de 1212, cuando Santa Clara se hizo vestir el hábito franciscano por el propio San Francisco.
En una ceremonia que presidió el Arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, las dos jóvenes clarisas, naturales de la ciudad keniata de Machakos, recibieron los votos temporales después de haber pasado el año de prueba, llamado Postulantado, y los dos de Noviciado. Estos votos darán a su vez paso al Juniorado, que, con una duración de tres años, terminará en la profesión solemne. Entonces, se las impondrá el anillo como símbolo de su matrimonio nupcial con Dios.
Durante la ceremonia de ayer tuvo lugar la imposición a las jóvenes del velo negro, la medalla con la Inmaculada, la regla de la Orden y el Crucifijo, según explicó la maestra de novicias, sor Concepción Vega, quien, con 57 años de clarisa, expresó que “estos primeros votos son un compromiso temporal de tres años, aunque en su interior ya lo sean para toda la vida”.
Las dos jóvenes keniatas coincidieron en señalar su decisión de “consagrarnos a Dios para bien de la Iglesia, de los cristianos y de las Clarisas”. También quisieron señalar su gran alegría y la de sus familias por el paso tan importante que iban a dar dentro de la comunidad del Clarisas riosecanas, que en la actualidad cuenta con diez religiosas, de las que cuatro son españolas, dos keniatas, dos tanzanas y dos mejicanas.