El 16 de noviembre de 1953 se estrenaba en el cine Gran Vía de Madrid, Condenados del director Manuel Mur Oti, protagonizada por el galán de moda en aquellos momentos José Suárez, que había adquirido gran fama por la película Calle Mayor, había sido militar y combatiente en la llamada División azul [en la fotografía] y la gran actriz Aurora Bautista (Locura de amor, La tía Tula).
Basada en la obra teatral del mismo título de José Suárez Carreño, que fue premio Lope de Vega en 1951. Su sinopsis es la siguiente: “En los campos manchegos una mujer trabaja la tierra con la ayuda de un joven forastero. El marido de ella está en prisión por un crimen que cometió en un ataque de celos. Todo marcha bien hasta que el hombre recobra la libertad y los fantasmas del pasado vuelven con él”. Drama reciamente castellano, la película es una truculenta, mórbida y contradictoria exposición de ciertos valores clásicos del pensamiento más tradicionalista: la propiedad, incluso la propiedad personal (el matrimonio), la justificación del orden patriarcal y civil, además de una cierta intolerancia ante la modernidad.
Un drama de tintes calderonianos, donde asoman los valores del honor y la honra. La película escrita también por su director Manuel Mur Oti, hoy casi olvidado, salvo por cinéfilos o por grandes aficionados al cine, pero que en su momento fue uno de los más admirados directores de cine españoles y que consiguió un gran prestigio como virtuoso creador cinematográfico por una película clásica Cielo Negro, fue rodada en parte en el verano de 1953 en Rioseco.
Un reducido equipo de técnicos, actores, ayudantes y director, se alojaron esos días de rodaje en el hostal Castilla, entonces conocido como fonda de Doña Miguela. Utilizaron escenarios de la Rúa Mayor y de la calle Misericordia, donde colocaron unos rieles o vías para realizar el movimiento de cámara conocido como travelling.
Cuentan los que recuerdan el rodaje que el actor protagonista, José Suárez, aprovechaba las pausas del rodaje para pasar el tiempo en el cercano al lugar de rodaje bar/café España donde, según relatan los testigos, bebía coñac. También rodaron en la actual plaza de la Solidaridad, cerca de donde se encontraban alojados, por allí se paseaba la actriz Aurora Bautista, célebre por sus papeles en Agustina de Aragón, Pequeñeces y Locura de amor, que había nacido en 1925, en la pequeña población de Valladolid, llamada Villanueva de los Infantes.
Una secuencia que se recuerda de las que se rodaron en las calles de Rioseco, necesitó de extras, personas del pueblo que aparecieron con mandiles de carnicero acorralando al protagonista, que les gritaba: “Es que no hay hombres en este pueblo”.
De la película hablaba en una entrevista su director: “A mí lo que hace la protagonista, me parece perfectamente adecuado. Ya sé que mató, y que no se debe matar, pero también iban a matar a su marido, y ella mata a ése que dicen que ha sido su amante pero que nunca lo llegó a ser…Por eso mata y dice ahora ya somos condenados los dos, ahora su marido ya no tendrá celos. Es un amor que llega hasta la última comunicación…Si tiene que ir a presidio, pues va a presidio…Aquí no hay nada inmoral…”.
Con música de Beethoven, en los momentos de más intensidad dramática y de emoción, la película queda hoy como un viejo testimonio artístico y como una anécdota vital que tuvo algunos escenarios y secundarios riosecanos en un rodaje ya lejano en el tiempo, casi sesenta años y que sirvió cuando se proyectó en el cine local para recordar a las personas que salen y los escenarios donde transcurre la acción.
Ficha técnica de Condenados:
Año: 1953. Productora: Cervantes Films. Duración: 01:30. Clasificación: +13. Estreno: Madrid. Cine Gran Vía el 16 de noviembre de 1953. Intérpretes: Aurora Bautista, Carlos Lemos, José Suárez, Félix Fernández, Aníbal Vela, Eugenio Domingo, Antonio Díaz del Castillo, Pedro Ignacio Paúl. Director: Manuel Mur Oti. Guionista: José Suárez Carreño y Manuel Mur Oti. Sinopsis: En los campos manchegos una mujer trabaja la tierra con la ayuda de un joven forastero. El marido de ella está en prisión por un crimen que cometió en un ataque de celos. Todo va bien hasta que el hombre recobra la libertad y los fantasmas del pasado vuelven con él.