Quizá esta que usted está leyendo es la información más difícil a la que se ha enfrentado La Voz de Rioseco. Al menos la que jamás sus editores hubiéramos querido escribir. Tras casi ocho años de un proyecto ilusionante (12 de octubre de 2010), La Voz, el primer diario digital de Medina de Rioseco, dice adiós.
Los compromisos laborales de sus responsables abren una nueva etapa que no permitiría atender a este periódico como merecen sus lectores. Al menos, de la forma que se ha venido haciendo en estos casi 92 meses de trabajo por y para los riosecanos. Es por eso que, éticamente, preferimos poner un punto y seguido en este diario, antes de que nuestra labor informativa diaria se pudiera resentir.
No obstante, nos negamos a que esta sea una despedida definitiva. Quizá en un tiempo, La Voz de Rioseco vuelva a abrir su ventana informativa para interesarse por todo lo que sucede en la Ciudad de los Almirantes en su día a día. Reivindicando mejoras, relatando acontecimientos, poniendo en el centro de la información a las personas, a los riosecanos; en todas sus facetas: políticas, sociales, culturales, deportivas; sin olvidarnos de aspectos tan importantes y que han marcado nuestra agenda como la Semana Santa, o las fiestas y otros acontecimientos especiales.
La Voz de Rioseco surgió el 12 de octubre de 2010. Entonces dos riosecanos sumaban su experiencia profesional, un informático –David Carpintero Gil– y un periodista –José Ángel Gallego Vázquez-, para que un sueño se convirtiera en una realidad. Poco a poco se fue haciendo un hueco entre los riosecanos, con especial incidencia en aquellos que vivían lejos. Pronto se sumaron colaboradores sin los cuales este proyecto hubiera sido impensable e imposible. Es de recibo destacar la labor de dos personas comprometidas con este diario desde el minuto uno: Fernando Fradejas de Castro y Miguel García Marbán.
Desde entonces han sido casi 12.000 informaciones las que han salpicado nuestras páginas digitales. Noticias, reportajes, entrevistas, miles de fotografías, audiovisuales, cientos de horas de radio online. Todo ello con un objetivo y un fin: Medina de Rioseco y sus habitantes.
Han sido miles las horas de esfuerzo, pasión y dedicación puestas al servicio del periodismo más local. Desde el rigor ético y siempre con el compromiso de la información veraz, plural e independiente. Desde estas líneas expresamos nuestro más profundo y sincero agradecimiento a los lectores. Su enorme fidelidad ha hecho que recibamos en estos casi ocho años cerca de 20 millones de accesos. Sin ellos, La Voz no hubiera tenido sentido.
Nuestros patrocinadores que ayudaron a mitigar los gastos que generaba un proyecto que no dejó de crecer desde sus orígenes. Porque aunque La Voz de Rioseco nunca tuvo el objetivo de convertirse en un negocio, al menos su apuesta por la publicidad permitió que a sus responsables no les costase dinero. Asimismo, La Voz permitió que naciera una empresa de Producción y Comunicación riosecana, Dualia, que, en plena expansión, continuará su aventura empresarial, seguro que con nuevos proyectos.
Los colaboradores han escrito una parte importante de nuestra historia. Sería impensable realizar un listado de todos aquellos que han colaborado en el proyecto. No obstante, no podemos dejar de mencionar a Ángel Gallego, Raúl Portero, Teresa Casquete, Manuel Ezía, Mario Navarro, José Ignacio Santamaría, José Manuel de la Torre, Gonzalo Franco Revilla, Luis Ángel Lobato, Gonzalo F. Blanco, Elena Baeza, Beatriz Rodríguez, Adela Pascual, Verónica de la Iglesia, Laura Alonso Guerra, Raquel Manrique, Natalia de Castro, Raquel Gómez, Teresa Castilviejo, María I. Gallego, Eugenio Jesús Oterino, José Antonio Pizarro, Jesús Martínez, Virginia Asensio, Rodrigo Antón, Jesús Ruiz Acuña, Luis Alfonso de la Iglesia, Virginia Benavides, Daniel Cartón, Benito Conde, Fernando Ballesteros, Francisco Martín, Gonzalo Arroyo, Rosa Blanco, David Fernández, Javier Fernández Villa, Rafael San José, Manuel Vián, Antonio Herrera, Luis Ángel Fernández, Juan Carlos López, Pablo Toribio, Alejandro del Rey, Felipe Martín, Elvira Brezmes, Anselmo Sánchez, Luis Fernández Villa, Carlos Badás, Víctor Caramanzana, Justino Rodríguez, Julio Alberto Benavides, Francisco Fuentes, Ramón Pérez de Castro, Pedro Villa, Manuel Calvo, Javier Ubal, Javier Pérez Andrés, Francisco Javier Herrero, Tomás Francisco Corral, Jesús Amigo y Ángeles Lobato, además de todas las instituciones, asociaciones y colectivos riosecanos. (Rogamos nos disculpen a aquellos que hayamos podido olvidar, es complicado resumir ocho años de colaboraciones en unas líneas).
Desde estas líneas queremos pedir sinceras disculpas por los posibles errores que hayamos cometido y si alguna persona o colectivo se ha sentido perjudicado por los mismos. En nuestra intención nunca estuvo causar el más mínimo daño a ninguno de nuestros vecinos. Agradecemos vuestra fidelidad, esa que nos insufló ánimos para seguir día a día con un proyecto que nos restó muchas horas de ocio y/o robadas a nuestra familia y amigos, que siempre nos han apoyado en los buenos y, especialmente, en los malos momentos. También aceptamos y agradecemos las críticas constructivas que en algunos momentos recibimos. Nos ayudaron a mejorar y seguir creciendo. Por su parte, otros ataques injustificados nos hicieron más fuertes.
La Voz siempre estuvo allí dónde se le requirió. Muchas veces colaborando altruistamente en otros proyectos. Siempre intentando aportar nuestro granito de arena en todo lo que tuviera como nexo común Medina de Rioseco. Si alguna vez fallamos, reiteramos nuestras disculpas.
Es duro decir adiós. Es triste poner fin a un proyecto que nació de la ilusión y del amor por esta ciudad. Algún día volveremos. Nosotros, los que hemos puesto en marcha este proyecto, siempre llevaremos a La Voz de Rioseco en nuestro corazón, con el mejor de los recuerdos. Esperemos que tú, fiel lector, que permitiste con tu apoyo que fuéramos La Voz de todos los riosecanos también guardes un grato recuerdo. Han sido ocho años de informaciones y de intenso trabajo. Han sido ocho años de ilusión e intenso trabajo. Ha sido una etapa trepidante, emotiva e inolvidable. No obstante, la página -aunque ya sin actualizaciones- permanecerá como una gran hemeroteca que se podrá seguir consultando. Y en los próximos quince días seguiremos trabajando y despidiéndonos de nuestros lectores.
Hasta siempre amigos.