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La exposición El menor hijo de San Francisco. Fray Carlos Amigo, que durante estos días se muestra en el patio del Ayuntamiento de Sevilla, está teniendo un gran éxito, como así lo demuestran las cerca de 6.000 personas que ya la han visitado desde que se inauguró el 12 de enero y a falta de una semana para que se clausure el lunes 2 de febrero.
El cardenal arzobispo de Sevilla Carlos Amigo cumplió 80 años en el mes de agosto, lo cual fue el motivo en Medina de Rioseco para la organización de una serie de actividades entre las que destacó la instalación en la iglesia de Santa María de la exposición, que, solicitada por la Orden de Caballeros de San Clemente y San Fernando, viajó a Sevilla para su instalación en el patio de exposiciones del Ayuntamiento de Sevilla. Monseñor Amigo es Gran Maestre Emérito de la Orden.
El presidente de la Orden, Antonio María González-Pacheco, mostró su gran satisfacción por la extraordinaria respuesta de los sevillanos, quienes “han hecho suya la exposición, la han sentido como algo propio”. Además, González Pacheco destacó que “Sevilla ha demostrado su profundo cariño hacia el cardenal, reflejo de la gran personalidad y huella que ha dejado en la ciudad”.
Un cariño hacia fray Carlos Amigo que se demuestra en cada una de las cientos de dedicatorias que los visitantes dejan en el libro de firmas con palabras de gran afecto y emoción.
Junto a la gran cantidad de fotografías, distinciones y objetos personales, que acercan al visitante a la intensa vida de monseñor Amigo, en la exposición están llamando la atención de manera especial una serie de piezas de gran valor artístico cuya presencia viene justificada por su relación con el cardenal Amigo, con Sevilla y con Rioseco. De esta manera desde Rioseco viajaron a Sevilla la talla procesional de Jesús Atado a la Columna (siglo XVII), a cuya hermandad pertenece desde niño fray Carlos Amigo; una escultura de San Francisco de Asís, del escultor riosecano Tomás de Sierra (siglo XVIII), como reflejo de su condición franciscana; y tres marfiles hispano filipino (un niño Jesús, una Virgen del Rosario y una arqueta ceilandesa), donados por el que fuera arzobispo de Sevilla en el siglo XVII, el también riosecano Antonio Paino.
Además, la muestra también expone como piezas que no se habían expuesto en Medina de Rioseco el sillón episcopal, que, realizado por los Hermanos Caballero, afamados ebanistas sevillanos, autores de pasos de Semana Santa, fue un regalo que el Instituto de Hermanos Franciscanos de Cruz Blanca realizaron a monseñor Amigo con motivo de la celebración de sus XXV años de Pontificado en Sevilla (2007). En él se pueden distinguir las torres de las catedrales de las ciudades en las que ha sido arzobispo, Tánger y Sevilla (la Giralda), y la torre de la iglesia de Santa Maria de Medina de Rioseco, como templo en el que fue bautizado. La exposición, que ha contado con la colaboración de los Ayuntamiento de Sevilla y Medina de Rioseco, está suponiendo una importante ventana para mostrar los atractivos turísticos de la Medina de Rioseco, representada ya nos solo por las distintas piezas de arte, sino también por medio de un buen número de fotografías en las que se aprecia su importante patrimonio histórico artístico. Algo que “está siendo muy valorado por los visitante como ciudad natal del cardenal”, según destacó el presidente de la Orden de Caballeros de San Clemente y San Fernando.
