La lluvia se convirtió en desafortunada protagonista en la procesión del Viernes Santo de Medina de Rioseco, provocando un cierto caos en el desfile ya que tan solo cuatro pasos salieron a la calle y no en el orden habitual. A las ocho en punto de la tarde, sin lluvia, salía al corro de Santa María la Crucifixión, conocido como El Longinos, de la Capilla de los Pasos Grandes. Minutos después lo hacía el Descendimiento, la Escalera.
Este segundo paso esperaba en su lugar habitual a que de la iglesia de Santa María hicieran aparición el Cristo de los Afligidos y el espectacular crucificado de la Paz. Ante unos minutos de desconcierto, por su tardanza, el Descendimiento decidió continuar su marcha y se colocó tras el paso del Longinos, en una imagen atípica, que no se veía desde hace décadas.
Finalmente Cristo de los Afligidos y Cristo de la Paz decidieron su salida desde la iglesia de Santa María. Cuando la procesión se estaba formando y los dos pasos Grandes estaban en plena calle Mayor comenzó a llover. Entonces la cofradía del Cristo de la Paz y Afligidos tomó la decisión de regresar a su iglesia. De allí ya no pudieron salieron las tres cofradías restantes: La Piedad, Santo Sepulcro y La Soledad.
Por su parte, el Longinos se refugió en la iglesia de Santa Cruz, sede del museo de Semana Santa. Mientras que la Escalera, en plena calle Mayor, cuando iba a llegar a este templo donde ya estaba la Crucifixión decidió continuar el recorrido habitual de la procesión, al comprobar que cesó de llover.
El Longinos, entonces, también salió de la iglesia y regresó a la Capilla pero por la calle Mayor, en el sentido inverso de la procesión. Prácticamente los dos Pasos llegaron, de nuevo, al corro de Santa María al unísono. La Crucifixión iniciaba la maniobra de entrada poniendo fin a su procesión, mientras que La Escalera también introducía su conjunto escultórico en el salón de Pasos, de nuevo, con la lluvia como protagonista.
En la iglesia de Santa María se cantaba la Salve. La desilusión en los cofrades era manifiesta. La lluvia arruinó sus ilusiones, especialmente la de los mayordomos que no pudieron desfilar junto a su cofradía por las calles de Rioseco. El frío invernal que se vivió en Rioseco, uno de los más gélidos que se recuerdan, deslució también el desfile de gremios.