Tiene que llover, es necesario. Es una de las peticiones que una veintena de riosecanas realiza durantes estos días a la Virgen de Castilviejo con la realización de una novena. Desde ayer el grupo de mujeres se reúnen en Rioseco a primeras hora de la tarde para andar en medio de rezos y oraciones los cuatro kilómetros del camino que conduce hasta la ermita. Cuando llegan a Castilviejo, en el interior de la ermita llevan a cabo la Novena a la Virgen de Castilviejo.
Son muchos los años que se llevan haciendo esta iniciativa, recordó Vicenta Fernández, quien señaló que es una novena de acción de gracias, pero también cuando ha hecho falta, como este año, se ha pedido para que llueva. El día 14 de mayo terminará la novena. Ese día a las 17.45 horas tendrá lugar una misa.
A lo largo de su historia, Rioseco siempre realizó novenarios, rogativas, letanías y procesiones en honor a su patrona para pedir el milagro del agua o para aplacar plagas y calamidades. A principios del siglo XVII el fervor popular llevó a las imágenes de la Virgen y del Cristo de Castilviejo hasta la iglesia de Santa María para implorar que lloviese. El octavo día del novenario después de terminar la procesión la imagen del Santo Cristo comenzó a sudar abundante agua por el rostro, cuerpo y pies que fue secada por los sacerdotes con unos corporales. La autoridad eclesiástica confirmó el milagro en el mes de agosto de 1602. Los corporales aún se conservan en el riosecano Museo de San Francisco como reliquias.