¿Quién no conoce en Rioseco la Confitería Cubero? Enclavada en plena calle Mayor, junto a la cafetería del mismo nombre, se abre este comercio que es el paraíso de cualquier goloso. Todo tipo de pasteles, pastas, bollería, amarguillos, magdalenas, rosquillas, bollos, tartas…y sabrosos helados y horchata casera en verano, aunque cómo no, la especialidad de la casa son las auténticas almendras garrapiñadas de Villafrechós, que diariamente se elaboran artesanalmente en su obrador; sin olvidarse de los abisinios, un reclamo que traspasa fronteras
Victoria Cubero, encargada de la confitería, explica que el comercio fue abierto por su padre en 1944, aunque el iniciador fue “nuestro abuelo, quien comenzó haciendo almendras garrapiñadas en Villafrechós”. Incluso en 1888, tal y como se reproduce en las cajas donde se comercializa este exquisito producto, se obtuvo una medalla de plata en la Exposición Universal celebrada en Barcelona.
La situación del negocio es “estable” según su propietaria, que anima a todos los riosecanos a consumir en Medina de Rioseco y es que “como lo de casa, nada”, dice. Almendras, abisinios, pasteles y pastas… endulzan la vida y también el ánimo.