Fue un adiós multitudinario. El de un pueblo del que era hijo adoptivo. Don Gabriel Pellitero, párroco de Santa María y Santiago de Medina de Rioseco durante más de medio siglo fallecía el pasado martes a los 84 años de edad y esta tarde los riosecanos le despedían en una misa funeral concelebrada por una treintena de sacerdotes de la diócesis, presididos por el arzobispo Ricardo Blázquez.
Monseñor Blázquez glosó en la homilía la vida del sacerdote que, aunque nacido en Valdespino de Cerón (León), dedicó prácticamente su sacerdocio a la ciudad de los Almirantes. La iglesia de Santa María en la que ofició tantas eucaristías en sus más de 50 años como párroco, se ofició su funeral. Nadie quiso perdérselo y prácticamente todos los colectivos riosecanos estuvieron presentes.
Como así sacerdotes muy relacionados con el fallecido: los riosecanos Alejandro Ovelleiro, Eugenio Jesús Oterino o Jesús Hernández; además de los párrocos que le sucedieron Roberto Pérez y Javier Castañón, además del actual Juan Carlos Fraile.
Gabriel Pellitero Fernández, don Gabriel como era conocido en Rioseco, era párroco emérito, Hijo Adoptivo de Medina de Rioseco, profesor de religión, canónigo honorífico de la Catedral de Sevilla y pregonero de la Semana Santa. A buen seguro que ya descansará en paz, y su sempiterno sacristán Víctor Gómez Vitines, fallecido hace casi un año, le tenga todo preparado para su primera misa celestial. [Leer la biografía de Gabriel Pellitero]