Una semana después de la apertura de la perdiz en el coto Castilviejo de Medina de Rioseco el resultado no difiere mucho del resto de cotos: pocas perdices y las que se han cobrado, escasas y viejas. La Sociedad de Cazadores riosecana, en un ejercicio de responsabilidad, decidió no abrir la veda de las patirrojas el último domingo de octubre como sería habitual y esperar hasta el 25 de noviembre. El objetivo: que los pocos ejemplares existentes fueran cogiendo fuerzas y no se las pudiera abatir fácilmente, todo ello para cuidar la especie.
Pero en estas primeras jornadas de perdiz se cumplieron los peores presagios. Ayer domingo, sin ir más lejos, la sensación en el campo era como si los 84 cazadores de la Rioseco hubieran puesto los silenciadores de sus escopetas. Apenas se escucharon tiros y los pocos que se sintieron fueron a conejos y alguna paloma, pero pocos, muy pocos sobre las perdices, la especie reina de la caza menor en España.
Las primeras valoraciones entre los cazadores no se hicieron esperar: “Mala apertura”, fue el comentario más repetido. “Un día muy flojo en resultados y con unas perdices con todo a su favor para defenderse, tierras labradas, frío al amanecer, que han sido factores a favor de las pocos ejemplares que se vieron ayer”.
El descontento en estos primeros días ha sido la tónica general. Como siempre ha habido cazadores que con un poco de suerte y algo de puntería se llevaron algunas perdices al cinto, pero en general hay que hablar de un escaso inicio. Tanto, que el propio presidente de la Sociedad de Cazadores, Félix Contreras, en el programa de caza de La Voz Radio aseguró que se estudiaría cerrar la temporada de la perdiz si siguen estos resultados para no condicionar la de próximos años.
En contrapunto, el conejo volvió a dar la de arena, «pero no tanto como se esperaba”, posiblemente debido al cambio de tiempo de última hora, que habría hecho que el rabicorto no estuviera tan campero como era previsible, aunque al final y con la llegada de la tarde y la subida de temperatura, fue la especie mas agradecida con los cazadores.