Gonzalo Franco, nuestro esperto en botánica, trae hoy hasta esta sección de Cuadernos del Naturalista uno de los árboles más populares que existen: la higuera, especialmente por sus apreciados frutos, que explican muy bien ese dicho de higos a brevas.
Nombre y características botánicas: La Higuera es un pequeño árbol con muchas ramas muy popular, de tronco grisáceo y liso y grandes hojas caedizas, ásperas y lobuladas, de color más claro por el envés. Las ramillas, pecíolos, hojas y frutos poseen un látex blanco en su interior. Los frutos, de forma cónica y carnosos son los que conocemos por higos y brevas, conocidos por los botánicos como siconos. Las higueras pueden crecer espontáneamente en terrenos rocosos e incluso en muros donde otras plantas no lo podrían hacer. El desarrollo de sus raíces es temido por ser capaz de mover los suelos donde están situadas.
Hábitat y Ecología: Especie mediterránea muy extendida por cultivo, a veces, crece de una manera natural. En nuestra región se encuentra en toda la geografía desde las Hoces del Ebro hasta los Arribes del Duero, desde la Tierra de Campos al valle del Tiétar. Muchas veces se encuentran higueras en los muros y torres de algunas iglesias y castillos, creciendo y agrietando los edificios. En general es una especie termófila que vive en parajes abrigados.
Los frutos en la vida silvestre son muy apreciados por las garduñas, ginetas, raposos, tasugos, jabalíes y otros muchos animales, desde los estorninos o tordos hasta los pigazos (pegas y urracas) que dispersan sus semillas en sus deyecciones. Los lirones caretos y grises devoran grandes cantidades en muy poco tiempo. Es por esto un frutal de gran atracción para la fauna. Algunas higueras, llamadas breveras, bíferas o reflorecientes, producen dos cosechas al año; en junio las brevas y los higos entre finales de agosto y principios de septiembre. Las brevas son higos que no han llegado a madurar en otoño conservándose en estado latente sobre madera del año vieja durante el invierno, alcanzando su madurez en la primavera siguiente. Las brevas tienen un alto valor comercial por su tamaño y precocidad superiores a los de los higos. Las higueras que solo proporcionan una cosecha anual (a partir del mes de agosto hasta los primeros fríos otoñales) son llamadas higueras Uníferas. Existen tantas variedades dioicas (que producen flores de un único sexo en cada individuo) como monoicas (producen flores masculinas y femeninas en el mismo árbol). A los ejemplares masculinos de las variedades dioicas se les conoce comúnmente como cabrahigos. Estas higueras suelen utilizarse para fecundar a las higueras femeninas de la variedad Esmirna, cultivadas en el Norte de África y Oriente Medio y conocidas en California (EE.UU.) con el nombre de Calymirna. Las higueras cultivadas se reproducen mediante esquejes. Son muy resistentes a las condiciones adversas y se cultivan principalmente como árboles frutales de segunda categoría. Además, la higuera es una de las especies aptas para cultivar como bonsái
Usos y Etnografía: Además de como fruto fresco de temporada, los higos se han consumido tradicionalmente tras someterse a la técnica del secado, esta ha sido la manera más común de conservar la fruta. La fruta seca o pasada, y en especial los higos, era un alimento especialmente valorado. El proceso permitía dilatar su consumo en el tiempo y cubrir momentos en los cuales la escasez de alimento era notoria. Sus hojas han sido usadas en la alimentación animal. Hay básicamente tres variedades de higueras cultivadas: Higueras de Esmirna que requieren polinización por la avispa del higo y cabrahigos para desarrollar las cosechas.
Persistente (o común) no necesitan polinización; el fruto se desarrolla por medios partenocárpicos. Intermedio (o San Pedro) no necesitan polinización de cultivos para establecer la breva, pero sí la necesitan, al menos en algunas regiones, para el cultivo principal. En Semana Santa, en algunos lugares es tradición que los alumbrantes repartan dulces de higo entre sus amistades. Estos alumbrantes acompañarán en toda la noche, con sus ceras encendidas, el desplazamiento de las santas imágenes por el contorno de la plaza o calles adecuadas.
Como propiedades de su látex (leche de higo) se usó antiguamente para combatir las caries dentales y las verrugas de la piel. También se empleó para cuajar la leche. Se describen también muchas virtudes en la farmacopea popular que podrían no tener más interés que el puramente folclórico. Los frutos de la higuera son diversos, distinguiéndose muchas variedades y distintas fructificaciones estacionales, designándose con términos como higos blancos, higos reina, higos negros y brevas. Fue una de las primeras plantas cultivadas por el hombre. Una de las comarcas más productivas de higos de toda España es la del Valle del Tiétar en Ávila, especialmente en las típicas terrazas de Candeleda y Poyales del Hoyo donde se han observado gran abundancia de las espinosas chumberas (Opuntia ficus-indica) que producen los vistosos y traicioneros higos chumbos que se consumen en esta localidad abulense conocida como la Andalucía de Ávila.
La chumbera es una cactácea de origen americano que es utilizada para formar setos espinosos y, como planta ornamental, en algunas comarcas de clima cálido como en la parte salmantina de los Arribes del Duero. Como curiosidad histórica se ha constatado el hallazgo de nueve higos fosilizados fechados alrededor de 9400-9200 a. C. en el poblado neolítico Gilgal I, en el Valle del Jordán. Debido a que las higueras son del tipo partenocarpio, constituyen una de las especies domesticadas. Este hallazgo antecede la domesticación del trigo, la cebada y las legumbres por lo que puede ser el primer caso conocido de agricultura. A medida que la migración humana transportó el árbol fuera de su ámbito natural se han desarrollado o aparecido miles de zonas cultivadas, la mayoría sin nombre y durante miles de años ha constituido un importante cultivo alimenticio. En el libro del Génesis (3:7), Adán y Eva se cubren la desnudez con hojas de higuera, tras ser sorprendidos en pecado. En la Roma antigua lo consideraban árbol sagrado, porque en su mito fundacional, Rómulo y Remo fueron amamantados por la loba Luperca bajo una higuera.