El sacerdote claretiano y escultor Segundo Gutiérrez falleció el pasado día 3 de agosto, a los 80 años en Granada, donde residía desde hace unos años. El padre Segundo, natural de Bretó de la Ribera (Zamora), también fue muy valorado como escultor, dejando tras de sí más de 3.000 tallas en madera repartidas por todo el mundo, realizadas en su mayoría en su taller de San Pablo, donde exponía alguna de ellas. Sin ir más lejos, la iglesia de Santiago de los Caballeros de Medina de Rioseco acogió durante la exposición Passio de Las Edades del Hombre una de sus piezas. Se trata del Cristo de la Buena Nueva, una de las esculturas que cerraba la muestra y que se caracterizaba por un empleo de una amplia y variada gama de maderas tropicales. Con formas simples, intuitivas, imaginativas, conceptuales y estilizadas tenía un cierto tinte indigenista.