Vivir en un pueblo finalmente se va a convertir en algo así como una tarea de supervivencia. Los gobernantes luchan contra la despoblación pero también la fomentan. Una contradicción que agrava la sangría a la que están condenadas las poblaciones del mundo rural que ven como, día a día, pierden servicios esenciales que provocan que su dependencia con la capital sea asfixiante. Si no abandonan su pueblo por falta de trabajo lo harán porque el recorte de servicios impedirá una vida con una cierta comodidad.
La última con la que nos desayunamos estos días es con la medida del Consejo General del Poder Judicial que propone al ministerio de Gallardón la supresión de 16 de los 41 partidos judiciales de la comunidad de Castilla y León y la consiguiente eliminación de sus juzgados para su centralización, especialmente, en las capitales de provincia. De prosperar esta medida –solo un milagro lo impedirá- Medina de Rioseco dirá adiós a su Juzgado de 1ª Instancia e Instrucción número 1, después de muchos años de trabajo.
Una noticia que estos días se comenta en bares y corrillos, pero a la que quizá no se de la importancia que merece. Y lo cierto es que la tiene, vaya si la tiene. Y no sólo para los habitantes de la ciudad de los Almirantes sino para los más de 20.000 de todo el partido judicial riosecano que probablemente, en no mucho tiempo, tendrán que desplazarse hasta Valladolid si quieren/deben usar este servicio. Y es bueno recordar que a un juzgado como el de Rioseco no se va únicamente a declarar o a ser juzgado. Además varios puestos de trabajo quedarán en el aire. Otra magnífica medida para fijar población. Sí, esa misma que todos los políticos llevan en sus programas electorales.
La eficiencia de las administraciones y los recortes son -una vez más- la excusa en la que se amparan para eliminar otro servicio público más en los pueblos. Si fuera bajo esta premisa ¿cuántas instituciones no eficientes deberían desaparecer? Se escudan en que aquel partido judicial que no dé servicio a 100.000 habitantes deberá centralizarse. ¡100.000 habitantes!, sí han leído bien, cien mil, en una comunidad que tiene en la despoblación su principal lastre. Y es que a este paso lo difícil no será juntar cien mil, sino simplemente cien.
La otra norma es que el desplazamiento desde los núcleos de población hasta la cabecera no podrá exceder de una hora. Que se lo digan a los habitantes de Mayorga, Villalón y compañía. A ver quién es el guapo que en menos de una hora llega a Valladolid, y sin autovía, claro. Quizá los señores del Consejo General del Poder Judicial sepan más de leyes que de carreteras… Precisamente debería ser éste, el de la distancia, el principal caballo de batalla del Ayuntamiento de Rioseco y de los consistorios vecinos. No queda otra que unirse y luchar por lo que nos pertenece. De lo contrario en muy poco tiempo todos los municipios del mundo rural tendrán que colgar el cartel de cerrado. Una lástima.
PD. ¿Cuál será el siguiente servicio del que tengamos que prescindir? Se admiten apuestas. El ganador de la porra se llevará un magnífico viaje –solo billete de ida- a la gran ciudad. Participen.
El CGPJ propone la supresión del partido judicial de Rioseco
La Junta muestra «inquietud» ante el posible cierre de juzgados