Gonzalo Cantero y Belén Asensio se proclamaron este sábado los reyes de la San Silvestre Riosecana, la carrera de las cuatro catedrales que este año cumplió su cuarta edición. Más de 120 atletas, entre los que se encontraba un nutrido grupo de niños, participaron en la prueba navideña que se ha consolidado ya en el circuito regional de estas carreras vinculadas a la Navidad.
Frío, aunque un ambiente seco, para una prueba que tuvo bastante concurrencia, especialmente en la calle Mayor donde muchas personas animaban a los corredores. El ganador del pasado año, Marco Ratón, del Atletismo Zamora, puso un ritmo infernal en las dos primeras vueltas a un circuito que suma 5.000 metros. Gonzalo Cantero, que se estrenaba en Rioseco, fue capaz de no despegarse de su particular liebre y en la última vuelta consiguió hacerse con la victoria final, merced a un tiempo de 14.49.
Marco Ratón fue segundo y el riosecano Javier Asensio cruzó la meta en una meritoria tercera posición. Entre los primeros clasificados muchos riosecanos: Óscar Lucas, Rubén Rodríguez, Óscar de Castro, Guillermo Martín, Anselmo Lucas, José Andrés García, José Alberto Díez, Jesús Salán, Fernando Ortega, Carlos Martín, Carlos Rodríguez, Juan Luis Miguel., Rafa San José, Roberto Fernández, Mariano Yenes, Pedro Benavides y Jesús Bastardo.
En féminas, Belén Asensio, del CD Caspisol, dominó de principio a fin la prueba marcando un gran tiempo de 17:11, seguida de Marta Ortego y Sandra Márquez. Beatriz Trujillo fue la primera local y destacaron otras riosecanas como Ángeles Pizarro, Teresa Sánchez, Cristina Díez, Alba Ballesteros, Blanca Pizarro y Ángela San José.
El ánimo prenavideño también se dejó notar en algunos corredores que fueron disfrazados como Eusebio Sánchez, mejor disfraz, por completar la carrera vestido de helado, junto a Jesús Pérez y Eva Sahagún, vestidos de superaman o Beatriz Trujillo y su hija, que no dudaron en correr y pasárselo bien.
Los ganadores coincidieron en señalar la belleza de la carrera, por su entorno en el caso histórico, y la dureza de la cuesta de la Calle Mayor, que se sube cuatro veces.