Esta pintura pertenece al monumento funerario erigido en honor del canónigo don Francisco Sánchez de Palacios, muerto el 25 de julio de 1591 con fama de santidad, como atestigua el epitafio latino que lo completa. Está situada en la catedral de Salamanca.
El tema cristológico representado es uno de los más repetidos en tablas de carácter devocional por Luis de Morales, a quien se ha atribuido por las indudables semejanzas con sus Nazarenos, inspirados a su vez en obras flamencas e italianas, en particular de las de Sebastián del Piombo.
La atención se centra en Cristo, que aparece solo y reducido al busto sobre un fondo neutro que le confiere un matiz atemporal. El brazo derecho, envuelto por los estudios pliegues de la túnica, atraviesa toda la composición para sostener la cruz, en la que se apoyan las dos manos. El rostro se vuelve hacia el lado contrario en posición de tres cuartos y ligeramente inclinado.
Completan la imagen la soga anudada al cuello y una aparatosa corona de espina que lacera la frente. La factura más dulcificada del rostro y la mayor delicadeza de las manos, hacen que algunos historiadores crean que esta pintura sea más bien de Hernando Morales, hijo de Luis de Morales.
Cristo con la Cruz a cuestas. Luis de Morales (taller).
Segunda mitad del siglo XVI. Técnica mixta sobre tabla. 83×67 cm.
Santa Iglesia Catedral de Salamanca.