Esta representación de la Última Cena preside desde 1615 el refectorio del monasterio de las Descalzas Reales de Valladolid. Obra firmada (anverso y reverso) del artista florentino Jacopo Chimenti, discípulo de Maso da San Friano, fue finalizada en 1611 en el marco de una ambiciosa empresa artística promovida por los grandes duques de Tosacana. Para complacer a la joven y devota reina de España, Margarita de Austria, reclutaron un amplio grupo de artistas del entorno florentino.
A Chimenti le tocó la representación de la Cena y a la hora de resolver compositivamente ese acontecimiento, el artista optó por un esquema de distribución de personajes y gestos que ya pintó diez años antes para la iglesia de San Giusepe Artigiano de Galluzo. La figura del Salvador adopta la posición central de una composición doblemente simétrica con respecto a los ejes longitudinal y transversal de la mesa.
El único rostro completamente oculto revela la posición de Judas, cuyo brazo extendió señalando el pan le delata como traidor.
Con posterioridad a su llegada a España y previamente a la definitiva instalación de las obras en el monasterio en 1615, este lienzo experimentó una significativa modificación iconográfica llamada a ensalzar la trascendencia del dogma eucarístico. Así, a la bandeja del pan se sobrepuso un cáliz del que sobresale la hostia, claramente recortada sobre el pecho de Cristo y con la inscripción “Alabado sea el S(antísimo) S(acramen)to”. Esta modificación se atribuye al pintor de cámara del rey, Santiago Morán, quien había recibido en 1613 el encargo de ocuparse de instalar estas pinturas en su destino natural.
La última cena. Jacopo Chimenti da Empoli.
1615. Óleo sobre lienzo de tafetán. Marco y bastidor originales.
215,2 x 551,2 cm. Monasterio de las Descalzas Reales.