Cambio cromos, los tengo ‘repes’

Cada domingo varios niños intercambian cromos en la Plaza Mayor
Pablo Toribio decidió convocar esta iniciativa para acabar la colección de sus nietos

J.A.G. Fotos: Fernando Fradejas

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3La fotografía de nuestro compañero Fernando Fradejas, si fuera en blanco y negro, bien pudiera pasar por una instantánea tomada hace un buen puñado de años. Esas infancias marcadas por el balón, las muñecas de trapo y en las que nadie había oído hablar de playstation, redes sociales y otros cachivaches tecnológicos. Aquella niñez donde disponer del cromo de Arconada era un auténtico tesoro.

Pues bien, la imagen no es de hace décadas, sino de apenas un par de semanas. Y es que un grupo de niños, acompañados de sus padres y abuelos, se citan cada domingo al abrigo de los soportales del Ayuntamiento para cambiar cromos. Sí lo han oído bien, intercambiar los cromos de sus ídolos del balón.

El iniciador de este movimiento es Pablo Toribio, otrora jugador de fútbol, ahora abuelo de Héctor e Israel, a los que también ha inoculado su pasión por el deporte rey y por los cromos. “Se me ocurrió poner un anuncio en la calle diciendo que se intercambiaban cromos, se compraban y se vendían y poco a poco nos hemos reuniendo varias familias con sus hijos a la puerta del Ayuntamiento, siempre los domingos a las 12”, dice Pablo Toribio.

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Todos los protagonistas coleccionan los cromos del Álbum de la Liga, que además de los jugadores de todos los equipos de Primera División, se compone de entrenadores y escudos de clubes, segunda división, últimos fichajes y la Serie Oro (cromos de algunos de los mejores jugadores de la competición). “Nosotros intercambiamos, pero además compramos y vendemos cromos, siempre al mismo precio de diez céntimos”, relata Pablo.

1Todo surgió porque el pasado año tenía que desplazarse hasta la Plaza de España de Valladolid para poder hacerse con los mejores cromos para sus nietos. Es por eso que decidió extrapolar la idea a Rioseco. Por el momento el intercambio continuará durante algunos domingos más, aunque el frío ya se deja notar. “Es una buena manera de pasar la mañana del domingo y de que los niños jueguen y se lo pasen bien”.

No obstante, Toribio dice que algunos padres prefieren intercambiar los cromos avisándose por WhatsApp. Pablo es más del contacto con la gente, de llevar “un listado con todos los cromos repetidos”. Se lo lleva organizado a sus nietos, que buscan acabar la colección. Por ahora se le resiste un jugador del Alavés, pero los Messi, Cristiano, Iniesta o Griezmann ya están, a buen recaudo, en su colección.

Toribio recuerda como en su niñez, cuando vivía en la vecina localidad de Tamariz, completó una colección de futbolistas de Chocolates la Colonial. “En cada paquete venían tres o cuatro cromos. Yo que era muy goloso y me gustaba mucho el chocolate conseguí acabarla y me dieron un balón”, recuerda con cierta añoranza. Ahora cada domingo, junto a sus nietos, y a sus amigos recuerda esta afición de su infancia. Y es que cualquier momento es bueno para volver a ser un niño.

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