Esta sección está dedicada a mostrar imágenes añejas y curiosas de nuestra ciudad. Y de entre ellas, una de las más antiguas es esta que mostramos hoy. El pintor Carle Vernet (1758-1836), formaba parte de la comitiva de tropas francesas que pasó por Medina de Rioseco el 29 de diciembre de 1808. A la cabeza estaba el mismo Napoleón Bonaparte y junto a él, el mariscal Bessières. Iban persiguiendo al ejército inglés, que se retiraba en dirección a Galicia, cuando el emperador francés decidió hacer un alto y pasar la noche en nuestra ciudad. Fue entonces, cuando Bonaparte, encargó a Vernet, el proyecto de pintar un cuadro que conmemorara su victoria sobre los españoles, ocurrida en Rioseco unos meses antes. La idea se quedó sólo en eso, ya que Vernet llegó a realizar el dibujo preparatorio, pero no el cuadro. Y como tal, esta lámina se conserva en el archivo de Versalles, dentro de un cuaderno dedicado a proyectos de cuadros de batallas.
Lo interesante para nosotros, es que nos muestra una imagen de nuestra ciudad totalmente desconocida, puesto que en ese momento aún no se había inventado la fotografía y no teníamos idea de si sería muy diferente a la de ahora o no. Observando el dibujo, que es una pequeña parte de la escena pintada por Vernet, vemos un conjunto de casas, sobre las que sobresalen las torres de las iglesias y los edificios monumentales, algunos desconocidos, como el cuartel de caballería, el hospital de San Ana, la torrecilla del ayuntamiento antiguo, los tejados del palacio de los Almirantes o los molinos de viento. También vemos los puentes medievales de Ajújar, semidestruido por las tropas españolas en esa batalla, y el de Santiago, larguísimo, con sus arcos ojivales, que aún hoy conserva intacta la mitad de él semienterrada entre el asfalto y la maleza.
Los más curiosos y los más interesados en saber cómo era Medina de Rioseco mucho tiempo antes de este dibujo, allá por el 1600, deben acercarse a Santa María y observar el cuadro de la Inmaculada que cuelga en la nave lateral derecha. A los pies de la Virgen y simulando ser la ciudad de Jerusalén, pueden adivinarse, a la perfección, la imagen de la torre antigua de Santa María, las murallas, las puertas y la población completa.