Julio Alberto Benavides nos envía esta bucólica imagen otoñal, en la que la lámina de agua de la fuente de San Buenaventura aparece cubierta por un manto de hojas secas. Esta preciosa fuente, a veces desconocida, para los riosecanos es uno de los lugares más apacibles hasta el que dar un paseo por el camino de San Buenaventura desde el río Sequillo, a la altura del puente del Ajújar, hasta el caserío que domina el páramo.