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La cofradía del Santo Cristo de la Paz y Afligidos vivió en la tarde de este sábado un momento histórico. Su banda de cornetas y tambores estrenaba en un abarrotado Teatro Principal la emocionante marcha dedicada a su imagen titular y que ha sido compuesta por Nicolás Turienzo, inspirada en la salida del imponente crucificado desde la iglesia de Santa María cada Viernes Santo.
Pero además el Certamen Sones de Paz, como viene ocurriendo desde el año 2012, tienen un cariz solidario y en este caso la recaudación fue íntegra para la Asociación Víctimas de Accidentes Stop Accidentes. Su presidenta Gloria García agradeció el esfuerzo y relató que “muchas de las muertes producidas en carreteras se podía haber evitado”, de ahí esa lucha por la “la educación vial desde edades tempranas” y “la concienciación de la Opinión pública y de la clase política y judicial”.
Rubén Olmedo, secretario de la hermandad del Cristo de la Paz y Afligidos, tuvo emocionadas palabras a los componentes de la banda que nació en 1994. Recordó que “solo siendo un gran grupo de amigos se ha podido conseguir llegar hasta este momento”. Olmedo destacó “su admiración por el esfuerzo y la entrega de todos y cada uno de ellos” antes de reiterar esos tres valores que alimentan día a día: “Unidad, humildad y respeto”.
Asimismo, se tuvo un emocionado recuerdo con uno de los miembros de la banda, David Calvo Moreno, fallecido en accidente de tráfico en abril de 2015. Por su parte, el presidente de la Hermandad, Fernando Pardo, hizo entrega a Stop Accidentes de la recaudación obtenida (706 euros) “aportando nuestro granito de arena para erradicar esa lacra de la sociedad, que son los accidentes de tráfico”. El teniente de la Guardia Civil de Tráfico Luis Miguel Iglesias estuvo presente en el concierto, al igual que algunas autoridades como el alcalde de Rioseco, Artemio Domínguez, acompañado de algunos de sus concejales y el presidente de la Junta de Semana Santa, Julio de las Heras.
Por último, Jairo Lavín, director de la banda tuvo unas emocionadas palabras a todos y cada uno de los miembros de la banda de cornetas y tambores, destacando sus valores y su aportación a esta gran familia. Pero sin duda, el momento más esperado del certamen fue cuando la banda estrenó la marcha dedicada al Cristo de la Paz, que fue apoyada con las imágenes audiovisuales de la salida del Crucificado en la tarde del Viernes Santo. La partitura fue entregada a la propia Cofradía.
Aromas de Nostalgia, Esperanza Gitana, Triana, Ahí queó, Marcha Real y Penas, El alma de un gitano, del riosecano Nathanael Jiménez, completaron el intenso concierto.