Se fueron de Rioseco, casi con nocturnidad y alevosía, el 2 de junio de 2005. Alegaban «el mal estado y la insalubridad» del convento de San José de Medina de Rioseco y se mudaron al convento de las antiguas Madres Reparadoras del paseo de Filipinos de Valladolid. Este miércoles, 24 de febrero de 2016, casi once años después han vuelto, aunque por no faltar a la verdad desconocemos si para quedarse.
Lo cierto es que, al filo de las 15 horas, casi una veintena de monjas-en su mayoría muy jóvenes- han llegado en autobús de línea y otras en dos vehículos al convento riosecano donde su orden residió cuatro siglos. Lo hacían con bolsas llenas de trapos, cepillos y otros productos de limpieza, según la versión recogida por una vecina.
Han entrado por el portón lateral que da acceso al patio, en la calle V Centenario. “Han tenido que pedir ayuda porque no podían abrir la puerta”, dice una vecina. Otra de las testigos se ha acercado a ellas para preguntar sin venían para quedarse. “No, venimos a dar una vuelta”, ha respondido una novicia. En total 19 religiosas, de la treintena de la orden de las Carmelitas samaritanas que habitan en Valladolid, y que sus problemas con el impago del inmueble les ha puesto en la difícil encrucijada del desahucio.
Este periódico se ha intentado sin éxito poner en contacto con sor Olga, la madre entonces abadesa del cenobio, la misma que hace doce años comunicaban su marcha y se llevaban gran parte del patrimonio que atesoraban bajos su gruesos muros, aunque más tarde y, debido a las movilizaciones, algunas de las piezas regresaban –en depósito- a Rioseco, el hogar durante cuatrocientos años de este histórico cenobio.
En numerosas ocasiones las Carmelitas Samaritanas del Corazón de Jesús de Valladolid han lanzado una llamada de auxilio. Lo han hecho a través de las múltiples formas que las nuevas tecnologías ofrecen y, por supuesto, en los medios de comunicación. Su inicial proyecto de venta del convento riosecano para poder costear el de Valladolid fracasó y tras once años las deudas han ahogado a las que antes eran carmelitas descalzas y hoy son samaritanas.
“Ahora, por no tener, no tenemos ni deuda. Es liberador, no debemos nada, pero también un problema porque tampoco tenemos nada. Necesitamos un lugar a donde ir”, explica la madre Olga María del Redentor, en declaraciones a El Norte de Castilla, en un reportaje publicado hace algunas fechas. En esa misma información explicaban que su deseo es quedarse en la provincia de Valladolid, aunque no mencionaban Medina de Rioseco, porque al parecer este inmueble había sido puesto como aval al contraer la deuda.
¿Volverán para quedarse? ¿Habrán venido tan solo a dar una vuelta? ¿Quizá para llevarse alguna propiedad? En no mucho tiempo tendremos una respuesta.
El vicario general desconoce esta situación
La Voz de Rioseco ha contactado con el vicario general de la Diócesis, Luis Argüello, quien se mostraba sorprendido por esta noticia y aseguraba desconocer el motivo de la presencia de las religiosas en Rioseco, aunque también aclaraba que se “iba a interesar inmediatamente por el tema”. No obstante, Argüello tiene entendido “por las informaciones aparecidas en prensa en los últimos tiempos” que la deuda con el banco también incluía el inmueble de Rioseco, “aunque desconozco el acuerdo porque es un tema que han llevado a cabo las religiosas directamente con el banco”, concluía el vicario.