¿Monarquía o República en Rioseco?: Semana Santa


José Antonio Pizarro García

La historia muestra que un pueblo puede perder su pasado, es un magma que el tiempo horada. La desmemoria hace el resto. Dicen los viejos riosecanos, refiriéndose en particular al caserío y costumbres, que este pueblo ya no es el de su juventud. Si se lee algo de historia y contemplan fotos y grabados antiguos –tampoco muy lejanos-, esa impresión se confirma. La disolución del pasado común es un síntoma de fragilidad (los nacionalismos lo ponen a prueba). Quizá por ello la fuerza con que Rioseco ha decidido –en parte inconscientemente- sostener como anclaje y seña de identidad vital, simbólica, su Semana Santa, más allá de creencias religiosas, folclorismo, inercia y modas que, esperemos, no la desvirtúen demasiado. (Recuérdese la interesante reflexión al respecto de Manuel Fuentes en el acto organizado por su Cofradía -El Descendimiento- bajo el título Un farol en la eternidad.)

Es tal vez desde ese arraigo y conciencia compartida que late inconsciente, callada, en el cofrade anónimo, desde el que las directivas de El Descendimiento y La Flagelación han decidido exteriorizar esa vivencia –que enorgullece a todos- impulsando la celebración de sus respectivos aniversarios; asumiendo con ello el riesgo que el buen fin de los proyectos conllevaba y la crítica ante unas celebraciones no exentas de cierta heterodoxia. El esfuerzo -particularmente en El Descendimiento- ha sido generoso y encomiable. Merecidamente, ha encontrado respuesta más allá del ámbito de sus cofrades. La Semana Santa, aún fuera de calendario, ha vuelto a ser un abrigo, un lugar de encuentro, donde buscar cobijo y coincidencia en una ilusión común; un aglutinante popular. Mirando también hacía el futuro con la participación protagonista de los niños, desde el recuerdo emocionado a sus difuntos.

Mientras alrededor sigue la zozobra por la crisis económica y la confusión política, se tiene la certeza de que con más o menos prosperidad, con monarquía o república, cada primavera habrá un voto tácito, mayoritario, sobre la continuidad de algo tan entrañado en el pueblo, sin necesidad de referéndum.

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