En algunas reseñas biográficas se le da por nacido en Valladolid. Es un error. Onésimo Iglesias Anciones nació en Rioseco el 24 de marzo de 1938, en la Calle Mayor. En la casa colindante con el actual bar España. Fue el menor de los 8 hijos de Clara y Nazario-Julián, ferroviario, impresor y librero de oficio, periodista de afición, editor del periódico riosecano La Murciélaga.
Onésimo estudió Bellas Artes en Valladolid, Madrid y Paris. Sus temas son fundamentalmente bodegones y paisajes. Fundador del Grupo Pintores Castilla 63, Anciones dio ese salto de la pintura moderna consistente en pasar de pintar las cosas a pintar las ideas, cegarse para el mundo exterior volviendo la pupila hacía los paisajes, las visiones internas y subjetivas. De él dijo Javier Villán: “me interesó siempre más el pintor de cuerpo entero que el dibujante taurino de ocasión; me fascinaba el ibérico y el goyesco, la tensión expresionista y alucinada de sus cuadros por encima del dibujante leve y acertadísimo de los momentos fugaces de la lidia”.
Manuel Vicent, gran amigo de Anciones, escribió: “El talento del artista no consiste en la habilidad, sino en la capacidad de dotar a sus criaturas de ambivalencia, de que todo pueda ser y no ser a un tiempo, mística y jugada de bolsa, bodegón y reyerta de taberna, crimen pasional y góndola con violines. Si la libertad del artista es tan requerida se debe a esto. Hoy la libertad estriba en la personalidad, en el carácter, para que el artista pueda hacer lo que le de la gana, menos pasar contrabando. Anciones ha usado esta libertad bajo la forma de un sarcasmo lírico para ofrecer un mundo popular, a medias una denuncia y una burla de la sociedad, con las reglas aprendidas. La huella digital está ahí, no solo en la firma”.
La faceta de ilustrador taurino de las crónicas de Joaquín Vidal en el diario El País le dio una gran proyección pública. Como también los retratos de personajes ilustres que acompañaban las entrevistas de Cándido y Nativel Preciado en la revista Tiempo. Con una selección de cien de ellos se organizó una exposición –Siluetas del tiempo– que se colgó en varias ciudades, Valladolid entre ellas, y editó un libro con ese título. Con textos de Pepe Dominguín también publicó Toros en las Ventas. Dos libros que se echan en falta en la biblioteca municipal.
Fue director de diseño en la redacción del mítico diario Madrid; colaboró en las revistas Posible y Cambio 16.También diseñó la versión última de Pueblo y Nivel, diario que solo se publicó un día (un hito en el periodismo español…). Compañero desde entonces, de Onésimo dijo el periodista Miguel Ángel Aguilar: «Anciones o la inteligencia natural, viva, directa, capaz de llegar a la realidad desenmascarada mediante el fogonazo de la dialéctica del café o el manejo certero de los pinceles. Un manejo que alcanza grados de verdadera maestría en estos retratos reveladores y, en ocasiones, con la chispa del genio de los grandes del género».
Hombre polifacético, viajero, amigo de bares y tertulias, también diseñó parte de los decorados de la película La Caída del Imperio Romano, dirigida por Anthony Mann, protagonizada por Sofía Loren. Con casa en El Escorial y vistas a la sierra madrileña, similares a las que se contemplan desde el Real Monasterio, durante muchos años cogía el caballete y se marchaba al campo, no a pintar la sierra aledaña sino los pueblos de Castilla, que tan bien conocía y amaba. Con uno de esos paisajes ganó la medalla de oro de la Bienal de Alejandría en 1974. Recibió otros muchos premios de los que nunca hablaba. Ni concedía entrevistas. Hombre de bien, ajeno a alharacas y reacio a la nombradía. Sencillo, inteligente, intuitivo, original, honrado, inquieto. Amigo de infancia y juventud de Carlos Amigo (luego cardenal), de Ignacio Martín Baró (luego asesinado en El Salvador); asiduo a la librería vallisoletana Relieve, centro gravitatorio de artistas e intelectuales durante un tiempo. Por encima de todo en el corazón de One, como se le llamaba familiarmente, hubo una persona: su madre, cuyo apellido tomó para la firma artística. A la que llevó a Montmartre, deslumbrándose del ambiente artístico en el que se movía y la fascinación de la capital francesa.
Gran aficionado a la música desde niño, formó parte de la tuna universitaria de Valladolid, tocaba la guitarra y el piano. En su funeral se cantó gregoriano y motetes de G. Palestrina y Juan Sebastian Bach. Por ello los amigos asistentes dijeron que el funeral le hubiese encantado…
Así lo evocan quienes le conocieron. Así le recuerda emocionadamente su hermana Fabri, hablando con orgullo, admiración, sencillez, cariño y melancolía en un atardecer vísperas de este décimo aniversario de su fallecimiento el 29 de mayo de 2002 en Madrid. A quien agradezco su tiempo y confidencias para acercarme de primera mano a la figura de este riosecano, uno de los más destacados del siglo XX.
‘Los toros, según Anciones’, dibujos taurinos en la Fundación Diario Madrid
Bajo el título Los toros, según Anciones, la Asociación de Periodistas Europeos y la Fundación del Diario Madrid han reunido un centenar de los mejores dibujos taurinos tomados del natural por Onésimo Anciones con ocasión de las ferias de San Isidro de 1984 a 2001. La exposición se compone de dos partes. La primera incluye los dibujos que fueron publicados en distintos medios, especialmente en el diario El País y en el informativo de Tele 5 Entre hoy y mañana, donde ilustraban los comentarios de Pepe Dominguín. La segunda, recoge otras obras también de temática taurina realizadas por el pintor riosecano en diversas técnicas que van del óleo al aguafuerte pasando por la acuarela o la aguatinta y que han sido cedidas por familiares y amigos del artista. La exposición está abierta del 11 al 31 de mayo en Madrid, en la Fundación Diario Madrid, calle Larra, 14.